Cristina Fernández: Boudou es un concheto de Puerto Madero y Aníbal un grasa de Quilmes, ¿no soy una genia eligiendo mis colaboradores? - Daniel Scioli: Mariotto es el mejor compañero que podría tener. Él va a hacer todo el trabajo. - Ricardito Alfonsín: El discurso de la Presidenta me decepcionó. Yo pensé que iba a recitar el Preámbulo de la Constitución - Elisa Carrió: Ya tengo el betún, el uniforme de camouflage y la cantimplora, ¿qué me está faltando?- Amado Boudou: ¡Esta era la famosa campanilla! Yo voy a usar la guitarra, soy un Vice heavy muy jodido- Macri: Me quieren dar el subte y yo quiero la policía. ¡Quiero la policía, la policía! ¡Policíaaaaaaa! - Hermes Binner: Ahora que pasaron las elecciones, ¿qué carajo tengo para hacer?- Mariano Grondona: Le dan subsidios a los negros pero yo pedí para embalsamarme y me lo negaron - Pino Solanas: Yo sigo opinando, total.... - Julio Cobos: ¿Vieron que me dio la mano? Ahora, la tenía medio húmeda. ¿Qué sería?

lunes, 11 de julio de 2011

Los sociólogos interpretan las elecciones porteñas

El Mosquito Molesto requirió la opinión académica de distintos sociólogos poniendo como condición que asumieran su elección política como una manera de mostrarse honesto con el lector a la hora de analizar las opiniones desarrolladas.
Aquí las opiniones de destacados sociólogos argentinos.







Arquímedes Lopilato
Sociólogo UBA
(votó a Filmus)

Como primer dato debo decir que me asumo como oficialista, para que no queden dudas de mi subjetividad a la hora de analizar las elecciones porteñas.
Creo que el multiculturalismo porteño produce un fenómeno que no ha sido debidamente analizado políticamente y por eso Mauricio Macri puede, sin hacer ninguna propuesta política compleja, abarcar una subjetividad masiva que se les escapa a los demás candidatos. 
La modernidad ha dejado atrás la diálectica, cuna de los pensamientos sociales y políticos, y ha enarbolado la imagen como elemento aglutinador del saber y del entender: se enseña por imágenes, se vende por imágenes, se hace política por imágenes. 
Quien no lo entienda así - como puede ser, lamentablemente, el caso de Filmus o Pino Solanas - termina cayendo en aquello que Marshall Mc Luhan llamó tristeza cultural, o sea, la no adecuación a un nuevo fenómeno, la añoranza de lo que fue.
Y, por otro lado, la sociedad porteña, además de multiculturalista, es una descomunal bandeja de mierda llena de fachos y de gorilas, rascistas y enanos mentales que se merecen les metan una buena, gorda, enorme y africana poronga en el culo.





Sören Fernández Montoya
Sociólogo UCA
(votó a Pino Solanas)

Es difícil mensurar cual sería la verdadera relación entre lo racional y lo afectivo a la hora de analizar decisiones masivas, como es el caso de una elección, en este caso, municipal. La pregunta sería: ¿qué moviliza a miles de personas en la búsqueda de la identificación con un determinado candidato?
Para cumplir con la propuesta de este medio - que aplaudo y valoro - diré que, en mi caso, la idea del cambio siempre fue un motor de búsqueda a la hora de decidir un voto. 
O sea, que es, a la vez, un voto racional - elegir el cambio - y un voto afectivo - el cambio por el cambio mismo.
Votar a Pino Solanas, en esta compulsa, representaba, a mi entender, lo afectivo y no lo racional, pero se necesitaba de una afectividad muy grande que, lamentablemente, el candidato no pudo cuajar en la sociedad, no pudo enamorarla
Y es que la sociedad porteña es, esencialmente, conservadora, y, además de conservadora, es una descomunal bandeja de mierda llena de fachos y de gorilas, rascistas y enanos mentales que se merecen les metan una buena, gorda, enorme y africana poronga en el culo



René Saporino
Sociólogo Universidad John Fitzgerald Kennedy
(votó a Macri)

Creo que la idea decimonónica de que la política es una lucha, un drama que abarca un escenario sufriente, un campo de batalla cruel e incierto, ha quedado atrás en la mentalidad de las masas.
Las masas, en este siglo XXI, asumen que todo les es debido, aunque, en muchos casos, la precariedad de su economía individual les vede determinados beneficios de esa modernidad.
Pero están los sustitutos: esa familia del barrio sur no puede hacer un crucero por el Mediterráneo pero puede tener una flota de blackberrys. Si lo primero es inalcanzable para ellos, también es cierto que ni siquiera se lo plantean. 
Si alguien le preguntara a un albañil o pintor por un tour a Grecia lo miraría como a un extraterrestre. Pero si se le dijera que no puede tener conexión a Internet o HD (alta definición) a la hora de ver fútbol, lo consideraría una verdadera afrenta.
Es que la sociedad porteña, en ese aspecto, está absolutamente sobreadaptada y, además, es una descomunal bandeja de mierda llena de fachos y de gorilas, rascistas y enanos mentales que se merecen les metan una buena, gorda, enorme y africana poronga en el culo.

Que es lo que, justamente, vamos a hacer en estos cuatro años.


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