Cristina Fernández: Boudou es un concheto de Puerto Madero y Aníbal un grasa de Quilmes, ¿no soy una genia eligiendo mis colaboradores? - Daniel Scioli: Mariotto es el mejor compañero que podría tener. Él va a hacer todo el trabajo. - Ricardito Alfonsín: El discurso de la Presidenta me decepcionó. Yo pensé que iba a recitar el Preámbulo de la Constitución - Elisa Carrió: Ya tengo el betún, el uniforme de camouflage y la cantimplora, ¿qué me está faltando?- Amado Boudou: ¡Esta era la famosa campanilla! Yo voy a usar la guitarra, soy un Vice heavy muy jodido- Macri: Me quieren dar el subte y yo quiero la policía. ¡Quiero la policía, la policía! ¡Policíaaaaaaa! - Hermes Binner: Ahora que pasaron las elecciones, ¿qué carajo tengo para hacer?- Mariano Grondona: Le dan subsidios a los negros pero yo pedí para embalsamarme y me lo negaron - Pino Solanas: Yo sigo opinando, total.... - Julio Cobos: ¿Vieron que me dio la mano? Ahora, la tenía medio húmeda. ¿Qué sería?

El Mosquito Molesto para ellos: Los machistas





En esta sección que, como contrapartida tiene su espejo: El Mosquito Molesto para ellas: Las Feministas, iremos publicando innumerables artículos enviados - en general de manera anónima - por una multitud de hombres de distintas edades - los hay muy jóvenes - que anhelan la época de nuestros abuelos, o, quiźas, más atrás, épocas donde la autoridad del hombre jamás era cuestionada por la mujer, épocas donde la mujer cumplía los roles que les eran asignados sin chistar, con buena cara y en silencio.

Quien quiera colaborar escriba a mosquitomachista@yahoo.com.ar






Hombre Lobo nos envía su artículo:

Cómo cocinar un huevo duro


Lo primero que se debe saber acerca del huevo es su grado de frescura. Como, por lo habitual, la mujer moderna ocupa sus afanes con cosas intrascendentes pero que le brindan una falsa ilusión de semejanza con el hombre es altamente probable que los huevos, en el anaquel de la heladera, lleven allí un tiempo prolongado antes de ser utilizados.
La actual moda del delivery de pizza, concesión vergonzante que los hombre debemos hacer por unas migajas de sexo a regañadientes, suele producir el abandono del arte culinario y aquella verdura a buen precio o esos calamares tan vistosos tiene más posibilidades de germinar o reproducirse que de convertirse en un plato apetitoso.

Para saber si un huevo es fresco se necesitan 3 cosas: el huevo, un jarro y agua. Se llena el jarro con agua, se sumerge el huevo y, si flota, está podrido.

Más claro, para la mujer moderna: el huevo debe irse al fondo del jarro con agua para ser fresco. Cualquier otra actitud del huevo demuestra que no es apto para la ingesta y debe ser arrojado inmediatamente a la basura. También está prohibido, amparándose en esta prueba, desertar de la cocina y pedir una grande muzzarella por teléfono. Se deben probar otros huevos.

PD: Antes de seguir hay que aclarar que no existen los huevos light.

Cocción del huevo

Como primer medida el recipiente debe ser lo suficientemente profundo para que el huevo - o los huevos - estén debidamente cubiertos con agua. Como el líquido será llevado a ebullición y, tal y como se estudia en el ciclo del agua, los líquidos tienden a evaporarse al contacto con el calor, la escasez de agua producirá efectos negativos a la simple preparación del tradicional huevo duro.

Una picardía 

Cuando el agua entra en ebullición resulta frecuente que el huevo, luego de varios días en la heladera, se rompa, de manera casi imperceptible, dejando salir la clara que, al contacto con el agua, se solidifica. Se produce, de esta manera, un enchastre, porque el agua también entra en el interior del huevo y no es esta la manera de cocinarlo.

El huevo se cocina por el calor circundante del agua en ebullición, protegido por la cáscara. 

Existe una antigua forma de prevenir este penoso hecho: echar vinagre en el agua. El vinagre produce un efecto químico que sella la cáscara y, aunque se produzca alguna ligera rotura, la clara no escapará y la cocción seguirá por los carriles normales.

Esta picardía, tan sabida por nuestras abuelas, suele parecer un abracadabra cuando uno, ingenuamente, se lo explica a una mujer moderna. La mujer abre los ojos y la boca y exclama: ¡Qué extraordinario!
Y corre a anotarlo, porque retener algo tan sencillo es mucho para ella.

Tiempo de cocción

Una vez que el agua entra en ebullición, a los 13 minutos exactos, el o los huevos están cocidos y listos para ser preparados. 
Se retira el recipiente de la hornalla, se lo despeja del agua caliente y se refrescan los huevos hasta que su temperatura baje a la normal. 
Para luego prepararlos, es conveniente colocarlos en la heladera durante un tiempo. Bien fríos son más fáciles de cortar o maniobrar.

El tiempo de cocción indicado no se dilata. Que se pase un par de minutos no afectará demasiado el sabor del huevo. Más, sí.


Es necesario entender, sobre todo la mujer moderna, que se cocina en la cocina y no en otra parte. Poner los huevos a hervor y atender el llamado de una amiga o chatear con el novio o enviar mensajes con el blackberry son  actitudes absolutamente contraproducentes y pueden poner en riesgo a los huevos. No se puede comer un huevo hervido durante media hora, seco y repiqueteando en el fondo de un jarro al que se le ha consumido toda el agua.
Resultan indigestos.


Personas sensatas e inteligentes, e, incluso algunas mujeres, suelen tener a mano varios huevos cocidos - llamados huevos duros - ya que es un complemento ideal para ensaladas y otras comidas, es sabroso y rico en proteínas. Conviene, sin embargo, tener en cuenta que su aspecto exterior no difiere del de un huevo normal y resulta cosa de todos los días, en este decaído mundo moderno, el espectáculo de cascar un huevo crudo en lugar de uno cocido por no tener la precaución de agruparlos segun su estado.

Creo que un poco de práctica y paciencia y estas anotaciones impresas cualquier mujer moderna puede atreverse a cocinar un huevo.




Filósofo pre-conciliar nos envía su artículo

La buena de Chiche: un ejemplo




Soy plenamente consciente de que la mujer debe tener las mismas pregorrativas que el hombre y así lo he defendido siempre, pero, para eso, tambien debe tener las mismas obligaciones y labores, cosa que me parece del más elemental sentido común.

En la foto que envío, donde se ve a Hilda González de Duhalde - Chiche, familiarmente - apoyada por la experiencia del marido, del Dr. Duhalde, podemos reconocer un símbolo de ese camino que, necesaria e indefectiblemente, deben recorrer las mujeres en su ansiado afán de igualdad.

Claramente, sin el apoyo del hombre, la mujer no puede ingresar, de manera inconsciente, con la cabecita fresca, en territorios desconocidos. Y las excepciones del caso, como los de la actual Presidente, no son tales, porque también ella se formó a la sombra de un hombre que la guió, la enseñó con paciencia y la defendió mientras estuvo. De todas maneras, a diferencia de Chiche Duhalde, quien sabe bien cual es su lugar, la desubicada viuda cree que puede llevarse el mundo por delante y más temprano que tarde lo pagará caro. Pero esa es otra historia.

Para no extendernos:

La mujer, hoy, maneja un auto, con soltura y desprejuicio.
¿Quién hace los autos? El hombre
La mujer usa computadoras, celulares, laptos, y demás tecnología.
¿Quién las construye? El hombre.
La mujer disfruta de agua corriente, electricidad, gas, internet, aire acondicionado, etc.
¿Quién los fabrica e inventa? El hombre.

Y así con todo. El 99,9 % de las cosas que existen están hechas por hombres
Cuando las mujeres equilibren este porcentaje, cuando lleguen al 50 %, al menos, entonces podrán, con todo derecho, reclamar la igualdad.

Mientras tanto, queridas, deben agachar el lomo, ser sumisas, estar debidamente dispuestas para el sexo, la cocina, la crianza y los bingos en las parroquias, y dejarse de joder.

¿Quedó claro?

Saludos al Mosquito, el mejor medio del país. 















Camionero harto nos envía su artículo

Cuando te agarran se sacan la careta





La verda', que extraño a mi viejo y al abuelo, los tiempos que ellos vivían.

La vieja, los domingos, hacía los ravioles, atendía al viejo, a lo' pibe', y después, con setenta años, se baldeaba todo el patio, se hacía tiempo para remendarnos la ropa, y hasta nos planachaba las camisas y los clazones cuando no' íbamos de joda. 

Yo me casé hace 15 años con la mina de la foto
Al principio, cuando empezamo' a salir, iba todo de maravillas. Se venía siempre así, olorosa, fragante, dispuesta. Yo le decía: Negra, ¿vamo' al telo?, y ella: Papito, dale, tomemos un taxi, no aguanto más de la calentura.

¡Qué noches! A nada decía que no. Yo, a vece', le decía que iba a empezar la dieta, porque por ahí la aplastaba un poco, y ella: No, gordito, me gusta que me aplastes. Aplastame toda, uh, uh.

¡Yo andaba como loco! ¿Quién no? Lo' muchacho' me decían: Gordo, te sacaste la Lotería. Que semejante yegua esté alzada con vos, ja, no te podé' quejar. Me la miraban todos, me envidiaban, y yo, todo' lo' días, de telo en telo. O en cualquier parte, arriba del mionca, en el parque, en la playa, a la noche, cuando no' íbamo' de vacaciones. 

Y dije: con esta me caso.
Y me casé.

Seis meses. Seis meses duró la fiesta.
Despues de esos seis meses - que compré la casa que ella quería y la puse a su nombre, que compré un auto nuevo y lo puse a su nombre, que compré esos terrenos en Pinamar y los puse a su nombre - se acabó la disposición, se acabó la calentura, se acabaron la' bombachita' con puntilla', se acabó todo.

Carlos, me empezó a decir, en lugar de Gordo, tenés que hacer el régimen. Carlos, tenés que bañarte más seguido. Carlos, tenés que entender que yo no soy un objeto sexual. Carlos, tenés que entender que una, a vecs, pasa por períodos y yo, justamente, estoy con un período depresivo que me va a durar unos veinte años, Carlos, por ahí no, sabés que me da asco, Carlos, eso tampoco, soy una señora, Carlos, tenés que tomar Terma y no Tetra, Carlos, largá el pucho que la casa apesta.

Así son la' cosa'. Entonces me conseguí una negrita que no es tan linda como ella pero que está más dispuesta. Hace un par de años que ando con esta minita.

Pero ya empezó: ¿Cuándo te separás? ¿Cuándo me comprás un departamento? ¿Y el auto?

Es así, nos enganchan, y chau vida.

Saludo', muchachos y no se dejen engrupir.