Cristina Fernández: Boudou es un concheto de Puerto Madero y Aníbal un grasa de Quilmes, ¿no soy una genia eligiendo mis colaboradores? - Daniel Scioli: Mariotto es el mejor compañero que podría tener. Él va a hacer todo el trabajo. - Ricardito Alfonsín: El discurso de la Presidenta me decepcionó. Yo pensé que iba a recitar el Preámbulo de la Constitución - Elisa Carrió: Ya tengo el betún, el uniforme de camouflage y la cantimplora, ¿qué me está faltando?- Amado Boudou: ¡Esta era la famosa campanilla! Yo voy a usar la guitarra, soy un Vice heavy muy jodido- Macri: Me quieren dar el subte y yo quiero la policía. ¡Quiero la policía, la policía! ¡Policíaaaaaaa! - Hermes Binner: Ahora que pasaron las elecciones, ¿qué carajo tengo para hacer?- Mariano Grondona: Le dan subsidios a los negros pero yo pedí para embalsamarme y me lo negaron - Pino Solanas: Yo sigo opinando, total.... - Julio Cobos: ¿Vieron que me dio la mano? Ahora, la tenía medio húmeda. ¿Qué sería?

Los más prestigiosos analistas políticos hablan de las elecciones 2011



Diario The Country
Editorialista: Joaquines Morales Solanas

Artículo: El kirchnerismo está muerto y enterrado pero la oposición no se da cuenta.

A pocos meses de las elecciones nacionales, y cuando todo el pueblo argentino espera el final de un ciclo sombrío reñido con las más elementales normas republicanas - una especie de compendio  de improvisación, realismo mágico, corrupción y desatinos casi diarios-, la oposición no logra deponer pequeñas mezquindades y ponerse al servicio de la República.

Es obvio para cualquier persona sensata el carácter nefasto e incompetente de la administración de la viuda de Kirchner, quien aspira a la reelección con la sola idea de postergar el probable proceso por el cual se investigará el dudoso origen de la fortuna de su familia, una fortuna que creció de manera exorbitante durante sus años al frente del poder.

¿Es necesario enumerar las pruebas de tamaña incompetencia y ruindad?

Veamos: El satélite argentino Aquarius debió ver postergada - y casi frustrada - su puesta en órbita sólo porque la Presidenta necesitaba que esa noticia se superpusiera con una nota que este diario iba a publicar al día siguiente: El escaso talento actoral de Florencia Kirchner en el corto filmado en Nueva York. (ver abajo)

Esta nota, que nada tiene que ver con la política ni con las necesidades de un pueblo hambriento y atormentado y de empresarios desesperanzados de poder invertir en el país, era una simple y objetiva reseña artística acerca del papel que la hija del fallecido ex-dictador argentino Néstor Kirchner desempeñó en un cortometraje filmado en el exterior, probablemente merced a un tráfico de influencias y de dineros públicos que sería imprescindibles se aclaren inmediatamente a la opinión pública, lo que el Gobierno está muy lejos de querer hacer.

Postergar un lanzamiento, un hecho científico de relevancia, por esas simples razones electoralistas y cuasi feudales nos pone en ridículo frente a los países organizados, como Estados Unidos, donde este tipo de actitudes, propias de la Venezuela de Chávez y no de un país serio, son vistas con indudable estupor. Varios de los miembros de la delegación argentina en el proyecto no sabían cómo explicar a los norteamericanos las características del régimen que asola al país desde hace ocho años. Cuando los norteamericanos les dijeron que debían hacer pública semejante barbaridad los funcionarios y científicos argentinos dijeron que no podían hacer eso por temor a las terribles represalias que podrían sufrir ellos y sus familias a manos de La Cámpora.

Otro hecho indudable: La visita de la Jefa de Estado a la Italia de Berlusconi. Es sabido el revés electoral de Silvio Berlusconi en las elecciones italianas, y, sin embargo, la Presidenta, en su afán de mostrarse en el mundo como la estadista que no es y que jamás le interesó ser, no canceló su visita, como debería haber hecho, y obligó al atribulado Canciller italiano a simular alegría y cordialidad en un duro momento político y personal. Cualquier verdadero estadista hubiera tenido la gentileza de postergar la visita por la sencilla razón de que no hay necesidad de mostrar algo que ya se sabe: que las naciones serias no están fuera del mundo proponiendo fórmulas mágicas en lugar de proyectos políticos razonables. Pero nada de eso importó para el escaso círculo de acólitos de los que gusta rodearse la Presidenta - personas de escasa capacidad pero leales-, lo importante, antes de las elecciones, era mostrar una mentira: que Argentina interesa a alguien cuando, en realidad, estamos fuera del mundo.

Más hechos deplorables: La malversación de fondos, por usar una frase prudente, en la Asociación Madres de Plaza de Mayo que lidera la señora Hebe de Bonafini, una de las más intolerantes y autoritarias defensoras de un modelo chavista y terrorista - basta recordar su declarado y repudiable apoyo a ETA y su alegría por el atentado a las Torres Gemelas -, dejó impávido al Gobierno. No utilizó, en este caso, el sistema por el cual persigue la Libertad de expresión, acosa a empresarios que, a pesar de las innumerables y crecientes adversidades, aún tratan de invertir en este páramo kirchnerista y ni siquiera usó la mano de obra sucia, encarnada por el cuestionado Hugo Moyano, para poner cierto coto a esa estafa perpetrada en nombre de los Derechos Humanos. No hizo nada de eso. Lo que el pueblo hubiera esperado, como mínimo, es que se hubiera intervenido la Fundación, se hubiera declarado persona no grata a la señora de Bonafini, se hubiera entregado el control de la actividad de esa organización a manos privadas y se hubiera desistido de presentarse en las próximas elecciones para dar una imagen, aunque fuera pálida, de decoro y moral republicanas. ¿Alguien podría creer que la Jefa de Estado podía hacer algo así? Nadie.

Otro hecho, de menor repercusión pero no menos deleznable: el intento de proscripción a la senadora María Eugencia Estenssoro, candidata a Jefe de Gobierno por la Coalición Cívica, por el hecho de haber nacido en Bolivia, una situación vinculada a los negocios familiares pero que en nada afecta a la moral republicana ya que la senadora, al igual que su padre, está nacionalizada argentina y ama profundamente a este, su país. Afortunadamente, pese a la presión intolerable que el Ejecutivo mantiene sobre los jueces independientes, tal iniciativa no prosperó, pero es necesario decir que un Gobierno que se dice amigo del mandatario Evo Morales, no puede intentar proscribir a una argentina que, por casualidad, nació en Bolivia sin traicionar los principios que dice sostener. Pero sabido es que el Gobierno esquiva los principios cuando de mantenerse en el poder se trata. Es que el temor a futuras investigaciones judiciales lo atenaza y espanta.

Esta es una pequeña muestra de los desaciertos de una administración caótica que, merced a la expoliación de los dineros públicos y a una casual y no eterna situación favorable para el país que quizás nunca vuelva a repetirse en mil años, en lugar de aprovecharla, despilfarra los recursos del pueblo en majaderías propias de un clan mafioso. Hacer una lista detallada insumiría miles de páginas y sería innecesario, ya que el pueblo está perfectamente al tanto de tanta calamidad.

La oposición

A la oposición no se le puede reprochar carencia de ideas ya que, con los matices del caso, todos han hecho gala de un fervor republicano ejemplar, denostando con valentía, a pesar del carácter ominoso de las posibles represalias, el verdadero tenor de la tiranía que asola al país y que es asombro del mundo civilizado.

Lo que sí puede reprochársele es el excesivo celo con que se han mostrado, en estos meses, a la hora de hacer alianzas que permitan terminar con el actual y deplorable estado de situación. Es cierto que, por separado, han sabido rodearse de cuadros técnicos impecables, fogueados para reconstruir al país de sus cenizas y ponerlo al corriente de lo que sucede en el mundo, pero resquemores y ansiedad de protagonismo le han jugado una mala pasada. 

No han comprendido que el pueblo reclama una unión de sus mejores cabezas para empezar una reforma que, visto el desmadre de los recientes ocho años, llevará décadas corregir

Si no lo entienden a tiempo engendrarán ciertas dudas en una sociedad desesperada y anhelante y, quizás, ciertos dirigentes deban dar paso a otros, más modernos - como el caso del senador Ernesto Sanz - capaces de llevar adelante el ciclópeo trabajo de convertirnos en una verdadera República.

La nota que el Gobierno quiso tapar


Diario The Country
Columnista: Chola Suárez Catzobey

El escaso talento actoral de Florencia Kirchner en el corto filmado en Nueva York

Sabido es que, mientras su hermano Máximo Kirchner sigue las ideas políticas de su padre y ha fundado una agrupación (La Cámpora) especie de fuerza de choque para amedrentar adversarios políticos, al más puro estilo estalinista, Florencia Kirchner, hija del fallecido ex-presidente y la actual Jefa de Estado, quizás atribulada por la mirada cotidiana sobre la dudosa moral de su familia, decidió radicarse en Nueva York para estudiar cine en la New York Film Academy, lo cual representa una cabal muestra de desconfianza sobre la educación en la Argentina gobernada por sus padres.

Si bien a los norteamericanos el origen filial de Florencia Kirchner no puede encandilarlos ya que, de una forma un tanto vaga, no recuerdan de nuestro país ninguna cosa importante para rescatar en los últimos ocho años, tambien es cierto que ciertas tramitaciones sospechosas y oscuras podrían haberle otorgado a la hija del matrimonio santacruceño cierta situación priviliegiada en aquella institución.

Pero una cosa es la pintoresca sensación de tener como compañera de estudios a la hija de un sanguinario dictador latinoamericano y otra cosa es el arte y Florencia Kirchner debía demostrar algún talento y no sólo los beneficios mal habidos de ser la hija de un funcionario importante.

Presionada a diario por la jefa de Estado, la joven decidió probar suerte en un cortometraje: Man must dance (El hombre debe bailar) un video clip como soporte ficcional para una canción del grupo sueco Johnnosi. Si a los norteamericanos poco puede impresionarlos la hija de un tiranuelo qué se puede decir de los suecos. Eso prueba que hubo, en medio, y de espaldas al sufriente pueblo argentino, influencias que algún día saldrán a la luz y dinero público, probablemente, y el viaje de incógnito de un conocido productor argentino vinculado a los beneficios gubernamentales para ayudar a la desvalida joven. 

El resultado de estas maniobras puede verse en la web.




Roger Callois solía decir que nadie puede disociar el arte de los padecimientos personales y eso es lo primero que puede apreciarse en la "actuación" de la joven. Es a todas luces evidente que no puede mostrar una imagen sólida alguien que ha crecido en una familia cuya única ambición ha sido el medro y la mentira y todo ese ambiguo y casi esquizofrénico bagaje de irrealidad parece explayarse en el rostro no muy agraciado y siempre discordante de la protagonista.

En un momento de la grabación, la hija del fallecido y autoritario ex-Presidente arroja unos cuantos libros por el aire. Personas que conocen la estética del grupo sueco han mencionado que esta escena no formaba parte del guión y fue impuesta por Florencia Kirchner en una discusión en la que abundaron los gritos y las amenazas, al más puro estilo de la progenie, por lo que el grupo decidió incluirla a su pesar.

Según prestigiosos académicos y personas vinculadas al arte cinematográfico la escena es una cruel metáfora: los libros que arroja al aire con desprecio la joven serían aquellos que revelan el comportamiento inmoral y cruel de su familia. Libros que, obviamente, la joven no quiere leer.

Una muestra más del desprecio por los otros que ha caracterizado a la familia Kirchner. 



Diario The Country
Columnista: Luis Michel Lumaj

La salud de Cristina Fernández de Kirchner

La actual situación de salud de la Presidenta del país habría sido objeto de profunda preocupación dentro del muy reducido entorno de personas de confianza de la mandataria. Es sabido que varios cuadros clínicos que habrían sido minimizados como ligeras hipotensiones, en realidad serían trastornos profundos que la ex-senadora habría padecido a lo largo de toda su vida y que se habrían vuelto incontrolables a partir de la soledad en el poder, luego de perder a su compañero de vida durante casi treinta años, quien, según fuentes muy allegadas al matrimonio, habría sido quien hacía todo el trabajo sucio que ella no sabría hacer, siempre según esas fuentes inobjetables.

Desde un punto de vista humano que hasta la jefa de Estado merecería se tuviese con ella, es comprensible el estado de postración y abandono en que se encontraría, pero, según reconocidos analistas y estudiosos, tal cosa resultaría incompatible con la función pública, con la enorme responsabilidad para administrar un país deteriorado por años de erráticas decisiones, y por la incapacidad manifiesta que, según estos inobjetables estudiosos, la viuda de Kirchner habría manifestado durante toda su carrera, incluso en sus años de alumna primaria y secundaria, según habrían afirmado personas que la conocen desde aquellas tempranas épocas.

Así, hace poco más de un mes, la mandataria habría requerido de manera urgente un nuevo diagnóstico psiquiátrico ya que, a pesar de que ningún funcionario se atrevería a mencionarle alguna falla dado el carácter agresivo y violento de la Presidenta, fue la iniciativa de su hijo y máximo apoyo en estos momentos quien la convenció de la necesidad de efectuarse esos estudios que, según personas vinculadas al entorno familiar y que quieren mucho a la viuda a pesar de su intolerable carácter, mostrarían un agravamiento importante respecto de otros que le fueron realizados hace muchos años y que el Gobierno habría ocultado celosamente a la opinión pública.

Analistas que estudian minuciosamente la trayectoria del matrimonio santacruceño habrían mencionado, en varias conversaciones privadas, que el temperamento autoritario y extremadamente violento del ex-mandatario siempre habría podido sujetar la bipolaridad de su mujer, pero, ahora, cuando ese soporte ya no está, esa supuesta bipolaridad habría aumentado al punto que, según distinguidos psiquiatras que se prestaron a la charla con este cronista, podría llegar a hablarse de multipolaridad, esquizofrenia múltiple y hasta Parkinson cerebral.

Lo más curioso del asunto y lo que más llena de perplejidad a sus ingenuos seguidores es que los síntomas de esta cuasi fatal enfermedad suelen pasar inadvertidos para todo el mundo, ya que no presuponen una minusvalía en el comportamiento del afectado. Así, de esta manera, quien sufre esta demoledora dolencia puede actuar como una persona normal y hasta demostrar cierto talento. Pero, siempre según reconocidos psiquiatras, justamente esas virtudes serían el indicativo más contundente del mal que aqueja a la solitaria y nada afectiva Primera Dama.

La familiaridad conque la jefa de Estado habla, sin papeles a la vista, sería una de las razones más valederas para confirmar ese grave desequlibrio psicológico. Otra de las características de esta compleja enfermedad, irreversible y de fatal pronóstico, es la belleza, en el caso de las mujeres. La indudable belleza de la Presidenta, algo emotivo y beneficioso en el caso de una persona sana, sería en ella el más cruel indicio de una irreversible caída en la insania más desesperada.

En el entorno presidencial se habrían tomado los recaudos necesarios en caso de que esta perversa manifestación de locura pudiera desbarrancarse antes de las elecciones, por lo que se habría previsto un equipo de psiquiatras a quienes se les habría hecho firmar un riguroso acuerdo de confidencialidad para que asistan de manera permanente a la Presidenta en cada aparición pública.

Según han indicado personas con acceso al poder, la idea del reducido entorno presidencial sería llegar a las elecciones, ganarlas y luego de unos meses obligar a la Presidenta a delegar el mando en la hermana del fallecido ex-Presidente, la actual Ministro de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.

La única duda que estos funcionarios tendrían, llegado el caso, es que, destrás de un sesgo relajado y sonriente, la hermana del ex-presidente sería aún más autoritaria, vengativa, sádica y cruel que Néstor Kirchner y nadie sabe bien qué cosa podría surgir de ese enroque inevitable.






Diario Trompeta en Re
Editorialista: Richard Kimble

Los motivos reales de la gira presidencial

Durante los últimos días de mayo y los primeros días de junio la Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, salió en gira a dos importantes países con los cuales la administración Kirchner había olvidado mantener buenas relaciones en un intento de reanudar un contacto que está absolutamente deteriorado por las muestras de desprecio del derecho internacional y de las más elementales reglas de la diplomacia y el protocolo que solía llevar adelante el ex-presidente.

Los medios adictos al oficialismo, quienes reciben ingentes sumas de dinero para promover como objetivas lo que sólo son campañas de adoctrinamiento, proliferaron en alabanzas al resultado de esta gira por México y por Italia pero la realidad es otra.

Cristina Fernández fue recibida con exquisita cortesía por el mandatario mexicano, Felipe Calderón, en la residencia Los Pinos, en el barrio Chapultepec, del Distrito Federal. Para los exégetas de la Primer Mandataria, la inusual cortesía del Presidente Calderón mostraría la admiración por el modelo llevado adelante en nuestro país pero la verdad es que esa delicadeza fue una sutil ironía: mostrarle a la huesped cómo debe tratarse a un extranjero, cosa distinta a como la administración kirchnerista suele tratar a empresarios o diplomáticos de visita en nuestro país.



Luego del almuerzo hubo una reunión acotada a ambos jefes de estado y sus respectivos cancilleres, por el lado mexicano Patricia Espinosa Cantellano, una prestigiosa diplomática que ingresó al servicio mexicano en 1981, luego de formarse en el propio país y en el exterior y por el lado argentino, Héctor Timmerman, cuyo antecedentes diplomáticos son nulos, cosa bien conocida por el gobierno mexicano. La diferencia de nivel y de calidad resulta aplastante.

Es cierto que se firmaron determinados acuerdos comerciales y culturales pero, lejos de la disparatada propaganda que el gobierno propaló por los canales públicos, dichos acuerdos son meramente protocolares y sus formularios se encuentran en las recepciones de cualquier embajada, a la vista.

Más tarde, la Presidenta se reunió con personalidades académicas mexicanas en la búsqueda de apoyo al reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas, quizás lo único rescatable de la gira que, desde luego, recibió apoyo de los sorprendidos mexicanos que hubieran esperado tratar asuntos más importantes.

Dentro del marco de esta visita hubo dos hechos destacables pero no por su virtud.

La cena con el empresario mexicano Carlos Slim, a la cual la Presidenta llegó puntualmente, cosa rara en ella pero, según pudo saberse, fue consejo angustioso del Canciller Timmermann, consciente de la importancia que el concepto del magnate mexicano pudiera formarse de las autoridades argentinas. Luego de la cena, a la hora de las palabras, Slim elogió a la Presidenta, elogios que fueron ampliamente promocionados por la publicidad oficialista. Sin embargo, dichos elogios sólo serían parte de la tradicional cortesía del acaudalado empresario, porque, en privado, Slim suele hacer sombríos pronósticos sobre la economía argentina y se muestra renuente a invertir en un país donde la seguridad jurídica ha desaparecido por completo. Sin embargo, como además de empresario es político, invertirá en nuestro país pero con condiciones estrictas que la Jefa de Estado preferiría no suscribir aunque se ve obligada a hacerlo para revertir la imagen de aislamiento que Argentina ofrece al mundo desde casi ocho años.

Una agrupación autodenominada 25K se mantuvo atenta a las evoluciones de la jefa de Estado quien, en un momento y haciendo a un lado las reglas del protocolo, se acercó a saludarlos mientras estas personas, que no se sabe bien de quien reciben financiamiento, gritaban consignas relativas a la re-elección de la jefa de estado e insultos y agravios a la libertad de prensa en nuestro país, lo que tuvo la virtud de incomodar a todos los hombres de negocios mexicanos que veían atónitos la escena. 

Un detalle más: como es habitual, la Presidenta no leyó ningún discurso sino que improvisó sus palabras ante los varios auditorios que enfrentó. Esta pequeña e inofensiva puesta en escena, relativamente eficaz para el ámbito local y que deslumbra a sus seguidores, es mal vista en el exterior, como debería saber el Canciller si alguna vez hubiera hecho un curso de diplomacia. Es inevitable la comparación con los funcionarios locales que sí leen sus discursos, aunque éstos contengan realidades que la improvisación argentina no puede, efectivamente, mostrar. Queda en la anécdota pero es una mancha más.


La visita a Italia y lo que no se dijo

Luego del pálido tour presidencial por las tierras mexicanas, la comitiva, que bien podría haber llevado, por lo menos, a una intelectual de prestigio internacional como Beatriz Sarlo, enfiló rumbo a Italia donde, luego de muchas penosas gestiones, se consiguió que el Premier Italiano, Silvio Berlusconi, atareado por la situación electoral en su país, hiciera un poco de lugar en la agenda para recibir a la ansiosa huésped.


Si el trato en México fue muy cortés y hospitalario, dada la afinidad obvia entre ambos pueblos, a pesar del destrato y la desconsideración con que el kirchnerismo se ha manejado puertas afuera del país, la situación con Italia no fue tan auspiciosa ya que los países europeos desconfían de las autoridades argentinas por su inocultable falta de seriedad y por el hostigamiento a la prensa libre, valores de excepción para las democracias occidentales.

La Presidenta fue recibida por el Presidente Italiano, Giorgio Napolitano y, entre otras cosas intrascendentes, señaló: Yo soy descendiente de españoles, pero en mi país el que no desciende de españoles, desciende de italianos", lo cual evidencia una descomunal falta de tacto para con las innumerables colectividades que hay en nuestro país: croatas, alemanes, escoceces (en el sur, lo que la Presidenta debería saber muy bien), judios, chinos, coreanos, japoneses y muchas más quienes, seguramente, se habrán sentido fuertemente despreciados por estas afirmaciones ligeras, totalmente ajenas al ámbito de la diplomacia internacional.

Luego, otra obsesión kirchnerista, se firmó un convenio para acceder a los archivos italianos en busca de elementos relativos a la represión durante la última dictadura militar, lo que muestra que, aunque en el nombre de la justicia y los derechos humanos, sólo la revancha y el ánimo de dividir aún más a la sociedad prevalece por sobre lo que sería necesario buscar en esta gira europea: comprensión y apoyo a la débil y tambaleante economía argentina.

Finalmente, la jefa de Estado pudo darse el gusto de sacarse fotos con un mandatario importante del mundo desarrollado, el Canciller Silvio Berlusconi. Compartieron un almuerzo calificado de amable - como si otra cosa fuera posible - donde se trataron temas de interés que jamás fueron detallados.

Según la prensa oficialista la reunión debería haber durado 45 minutos pero se extendió por más de dos horas lo que vendría a suponer algún tipo de especial encantamiento por parte del político italiano respecto de su par argentina. Lo cierto es que este tipo de modificaciones de agenda son habituales en Berlusconi - incluso se lo critica por ello en medios peninsulares - y de ninguna manera fue una muestra de especial interés por un país que persigue al empresario italiano Rocca, del grupo Techint, o acosa a los medios independientes que tienen una mirada objetiva y crítica sobre la desorganizada administración kirchnerista, por decirlo en términos benevolentes.

En resumidas cuentas, un despilfarro de dineros públicos para, simplemente obtener unas cuantas fotos que desmientan lo que todo el mundo ya sabe: que el mundo nos mira con una cierta perplejidad y lástima y se pregunta cuando nuestro país empezará a madurar.


Diario Meadas al subte
Editorialista: George Opas

Una oposición que no encuentra el rumbo no puede guiar a nadie

Triste y penoso es el espectáculo que se muestra al pueblo agradecido por el modelo de inclusión con justicia social inaugurado en la memorable jornada del 25 de mayo de 2003 cuando el ex-Presidente Néstor Kirchner dijo que no iba a dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno y, acto seguido, en lugar de entrar, se dedicó a saludar al pueblo allí reunido y a recibir, a modo de metáfora, un artero golpe por parte de un camarógrafo, como si ya en ese inaugural momento la infausta corporación mediática que lucró siempre a expensas del sufrimiento de nuestro pueblo quisiera dar su acto de presencia en medio de la manifestación de fervor popular.

Triste y penoso espectáculo es ver al hijo del Doctor Raúl Alfonsín, un demócrata a quien se le podrán criticar miles de desaciertos pero que siempre supo cual era su lugar en el espectro de la realidad nacional, decía, triste y penoso es ver al hijo del Doctor Raúl Alfonsín cerrar una alianza con el magnate colombiano, aquel del triste y penoso alica alicate, esa verdadera ofensa a la sensibilidad de nuestro pueblo, esa banalidad frivolizada escupida obscenamente como única y sola propuesta social para un país como el nuestro que ha sufrido humillación tras humillación y entrega tras entrega. Triste y penoso que un partido centenario, como el partido Radical, lleve en su fórmula a un González Fraga, fiel exponente de la claudicación y la subordinación a los intereses foráneos, a aquellos que, en la ignominiosa fiesta de la pizza y del champán, regalaron nuestro patrimonio, nuestros recursos, echaron a millones de trabajadores a la calle y se enriquecieron sin límite y sin escrúpulo.

¡Pobres Leandro Nicéforo Alem o Don Hipólito Irigoyen! ¡Y qué decir de esa excelentísima persona, del médico rural Arturo Humberto Illia! Seguro se revolverían en sus tumbas viendo como uno de sus descendientes, por la sola e inmoral idea de ascender, milagrosamente, a una función pública que, evidentemente, le queda grande, es capaz de pactar con los enemigos del pueblo.

Que Eduardo Duhalde, cómplice de la fiesta neoliberal que disfrutaron unos pocos, que ese forúnculo del pasado, propiciador de amnistías para asesinos, de la mano dura que siempre encuentra entre sus víctimas a los pobres y a los luchadores sociales, que el amigo de Luis Barrionuevo quien, seguramente, no llevó a cabo su famoso y nefasto consejo - hay que dejar de robar por dos años -. que el defensor del maestro de la picana Luis Patti, ese, tan valiente para torturar a indefensos pero haciéndose el enfermo para no comparecer ante la Justicia que volvió a ponerse de pie en el país, que ese pigmeo de la política y de la anatomía, firme alianzas con cualquier cipayo de la derecha reaccionaria no es novedad, pero lo del líder radical deja pasmado. 

No a quienes estamos en el campo popular, habituados a las tramoyas y los traidores, de los cuales un mendocino que lleva el nombre de un traicionado - cruel ironía - y que ya despilfarró su cuarto de hora no será el primero ni el último, por desgracia para la democracia argentina, pero sí a los honestos votantes radicales que asisten atónitos al despropósito llevado acabo por una cúpula dirigencial que, en sus escasas vertientes creíbles, evidentemente, como la cabra tira al monte, tira en contra de los intereses populares y de la mansedumbre de nuestro sacrificado pueblo.

Honesta es, en cambio, la actitud del líder socialista Hermes Binner, quien hizo honor a su palabra, al límite impuesto entre una ideología noble, sustentada desde los tiempos de Juan B. Justo, quizás inoperante a la hora de incidir en la vida nacional pero siempre leal a sus principios, siempre con la frente en alto y no nos olvidamos del apoyo de Alfredo Palacios a la Revolución Fusiladora que bombardeó al pueblo en la Plaza de Mayo o asesinó al Gral. Valle y a otros luchadores contra la tiranía en el protervo baldío de José León Suárez, tan bien retratado por el ilustre Rodolfo Walsh quien, seguramente, en el cielo de nuestros héroes, junto a Néstor, a Cooke, a Tosco, al Tío y a Quijano y muchos más que merecerían un diario completo, observarán con cierta decepción tanta inmoralidad y blandura, decía, límite impuesto entre una ideología noble y el vampirismo disfrazado de eficiencia de un diputado que es un escarnio para el Congreso Nacional, de un empresario que aún no aclaró el asunto de la efedrina, de un descerebrado que dijo que la mejor presidencia peronista fue la Tercera Presidencia de Perón, con López Rega, esa tétrica presencia tan alabada por Beatriz Sarlo, límite que no quiso y no traspasó. Quizás, algunos digan que no tiene chances en la contienda, cuando la inmensa mayoría del pueblo argentino respalda a la Conductora, a la mujer de hierro que, a pesar del profundo dolor personal por perder a su compañero de tantas batallas, sigue firme en su puesto, a sabiendas de que sólo ella, enancada en el amor de su pueblo, puede llevar a la Argetina al proceloso mar de las naciones justas y soberanas.

¿Dónde estaba?

Ah, sí. Ahora es el turno de atacar a las Madres y sólo porque un personajillo insignificante, un contadorzuelo que nada tiene que envidiarle a los que ayudan a las corporaciones, a los terratenientes del campo, a los que esclavizan a compatriotas en sus campos de impudicia, sólo porque un hombre débil traicionó una confianza por unos míseros millones de pesos. Y ahí caen, cual buitres sedientos de sangre, sobre quienes desafiaron las balas atroces de los asesinos, esos asesinos con quienes hicieron negocios que hacen empalidecer a la Barrick Gold, ahora caen sobre ellas porque con eso atacan a la Conductora, a la mujer que, toda de negro ella en su dolor, es, además, un pañuelo blanco en la esperanza de los sectores populares argentinos.

Pero no lo lograrán. No, si podemos impedirlo. No pasarán. 


Diario Meadas al subte
Columnista: Ricardo Fox-terrier

De Rabelais al modelo igualitario

En su maravillosa novela Gargantúa y Pantagruel, Francois Rabelais propone una curiosa manera de nacer para uno de los protagonistas: Gargantúa.

Aquejada la madre por intensos dolores de parto y, a su vez, por una sequedad de vientre, una curandera, en tren de soluciones, le coloca un astringente en la vagina que la cierra por completo. El niño - el futuro Gargantúa - imposibilitado de salir por el orificio natural comienza un recorrido ascendente por la vena cava y termina naciendo a través del oído izquierdo de la madre.

El maravilloso comienzo de esta novela bien puede utilizarse hoy, a siglos de distancia y en un hemisferio desconocido para el autor francés, trasponiendo al pobre Gargantúa a lo que hoy podemos llamar, por una simple comodidad dialéctica: oposición.

Y así es, el nacimiento de la oposición argentina, con vistas a las elecciones generales de octubre, ha tenido un parto tan trabajoso e irreal como el del pobre Gargantúa. Y, al igual que en la memorable novela francesa, se apresta, en su decurso, a resultar tan cómica, espeluznante, disparatada e  increíble como la vida de Gargantúa y sus tribulaciones, que hicieron el encanto de sus lectores.

Porque, ¿cómo nacen las alternativas paradigmáticas en las sociedades? ¿Cómo se articulan la necesaria variedad de ideas en una sociedad, cómo llegan a hacerse prevalentes unas sobre otras y definir un camino difuso pero representativo de la amalgama de espacios mancomunados de pensamiento que toda entidad social posee y mantiene?

Las sociedades no admiten discursos unificadores por demasiado tiempo pero necesitan de procesos que, si bien en la cotidianeidad suelen ser confusos, una vez pasado el tiempo, con el diario del lunes, como se podría decir de manera coloquial, nos muestran una cierta lógica aún cuando los resultados de esas apariciones distintas no siempre sean beneficiosos para el mismo grupo humano que las alberga. Lo importante es el movimiento, la prueba - digamos - y el error.


La historia argentina es una constante de prueba y error: desde sus albores, entres los hombres de mayo existían discrepancias casi irresolubles. Esas diferencias fueron zanjándose, en muchos casos, de manera cruel - el destino de Moreno, de Dorrego, de Rosas o de los caudillos federales basta como muestra - pero, de todas maneras, podemos, simplificando, trazar dos líneas absolutamente paralelas: quienes no confiaban en el potencial de la naciente nación y la subordinaban a ineterses extranjeros - Rivadavia, Urquiza, Alberdi, Sarmiento, Mitre, Roca, Uriburu, Martínez de Hoz, Menem - y quienes sí creían que, con sus más y sus menos, la Argentina podía forjarse como una Nación fuerte y soberana: Moreno, San Martín, Rosas, Irigoyen, Perón, Néstor y Cristina.


Esta dicotomía permanece hasta nuestros días. Hoy, en el poder, está la línea que cree que un país grande y justo es posible. ¿Quién la acecha, quién desea derrotarla? La otra línea, la línea de la dependencia, aquella línea que arranca con Rivadavia y, ya en nuestros tiempos, se muestra de manera evidente en Menem, Duhalde, Macri, Alfonsín hijo, Das Neves, Carrió y todos los demás, a excepción de un desorientado Pino Solanas y de una incógnita como es Binner.


Este es el gran dilema de la hora: permitir la primera línea o la segunda.