A pesar de que faltan cuatro meses para las elecciones generales de octubre, a partir de ayer comenzó la quema de documentos comprometedores en la Casa Rosada, toda vez que el oficialismo, a pesar de haber obligado a una exhausta Cristina Fernández a postularse para la re-elección, considera inevitable una derrota escandalosa.
Según fuentes que pidieron reserva de su nombre por temor a los grupos comando de Fuerza Bruta, tanta anticipación tiene que ver con lo abultado de la documentaciòn que, ante un gobierno nuevo, podría probar, de manera sobrada, la corrupción incontrolable del grupo kirchnerista en el poder.
Sin embargo, la documentación de la Casa Rosada sería tan sólo el 3 % del material probatorio de una corrupción como no se ha visto en ninguna parte del mundo. El 97 % restante estaría dividido entre la casa de la mandataria en Río Gallegos y el féretro del extinto Néstor Kirchner, cuyo cadáver no se encontraría ya en el país sino que, debidamente embalsamado, se hallaría en un paraíso fiscal, el mismo al cual la Presidente y sus ministros huirían apenas se conozca el veredicto inapelable de las urnas.
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