Cristina Fernández: Boudou es un concheto de Puerto Madero y Aníbal un grasa de Quilmes, ¿no soy una genia eligiendo mis colaboradores? - Daniel Scioli: Mariotto es el mejor compañero que podría tener. Él va a hacer todo el trabajo. - Ricardito Alfonsín: El discurso de la Presidenta me decepcionó. Yo pensé que iba a recitar el Preámbulo de la Constitución - Elisa Carrió: Ya tengo el betún, el uniforme de camouflage y la cantimplora, ¿qué me está faltando?- Amado Boudou: ¡Esta era la famosa campanilla! Yo voy a usar la guitarra, soy un Vice heavy muy jodido- Macri: Me quieren dar el subte y yo quiero la policía. ¡Quiero la policía, la policía! ¡Policíaaaaaaa! - Hermes Binner: Ahora que pasaron las elecciones, ¿qué carajo tengo para hacer?- Mariano Grondona: Le dan subsidios a los negros pero yo pedí para embalsamarme y me lo negaron - Pino Solanas: Yo sigo opinando, total.... - Julio Cobos: ¿Vieron que me dio la mano? Ahora, la tenía medio húmeda. ¿Qué sería?

miércoles, 15 de junio de 2011

Clamor Popular por Chiche Duhalde



Mientras su marido, Eduardo Duhalde, con un GPS de útlima generación, sigue el recorrido de Alberto Rodríguez Saá en la frustrada interna del Peronismo Federal, cuando ya han sido oficializadas las listas de la poderosa Alianza Unión Popular - M.I.D. - a la que se ha sumado la combativa Democracia Cristiana - la actual senadora Hilda "Chiche" Duhalde ha sido ungida como primera candidata en la lista de senadores para renovar su banca en la Cámara Alta (ver)

Nos recibió en su despacho del Honorable Congreso de la Nación con las habituales muestras de afecto hacia nuestros corresponsales.

Chiche: Pasen, mis amores, siempre es un gusto contestar a sus preguntas.

Mosquito: Senadora Duhalde, ¿cómo se decidió su reelección en el cargo?

Chiche: Ni yo ni Eduardo queríamos, porque considerábamos que una ya ha dado mucho al país y que es necesario dejar el lugar a gente joven, con ganas, con ilusiones, con manejo de Pc y Word, pero el clamor popular pudo más y decidí aceptar. No puedo hacer oídos sordos al pueblo.

Mosquito: ¿Cómo se hizo escuchar ese clamor? 

Chiche: Recibí más de veinte mil mails en mi computadora personal e innumerables cartas, tanto a mi casa como a mi despacho, más las listas de adhesión en Facebook y los mensajes de Twitter reclamando que ocupara este puesto porque es la vanguardia del nuevo horizonte que se abre al país.

Mosquito: ¿Qué siente haber hecho y que resta por hacer desde su banca en el Senado?

Chiche: Fundamentalmente he sido la representación primera de ese postergado sector de nuestra comunidad que es el de las amas de casa. Si bien no me quiero comparar con Lita de Lázzari, porque ese es un desafío que no está al alcance de cualquiera, desde mi lugar he batallado incansablemente por el bienestar de las amas de casas.

Mosquito: ¿Usted está de acuerdo con las jubilaciones a las amas de casas?

Chiche: Yo diría que es la única medida seria y responsable de este Gobierno que tanto daño le ha hecho al país. Sí, estoy de acuerdo, aunque yo no la pude tramitar, aún.

Mosquito: Pero, senadora, usted está en funciones y va a tener la jubilación del Senado que, al lado de la miseria...

Chiche: Justamente. Porque, yo, como Evita, renuncio a los honores pero no a la jubilación del Senado. ¿Sabés lo que cuesta mantener a los 20 guardaespaldas de Eduardo? Y eso que les hago la comida y se las pongo en un tupper, que si no.

Mosquito: ¿Cuántos proyectos presentó durante su gestión?

Chiche: Uh, innumerables, innumerables. Los tengo todos en la computadora. No se los muestro porque no sé usarla y mi asistente faltó porque tiene un ataque de bursistis. Yo le dije, nena, ponete compresas frías con agua de alcanfor y santo remedio. Ahí anda, la pobre.

Mosquito: ¿Cree usted que el Dr. Duhalde tiene posibilidades de llegar a la Casa Rosada?

Chiche: Claro, con el subte A. El pueblo argentino está desesperado porque alguien ponga orden. Eso es lo que se necesita: orden. Miren mi despacho, ¿no está pulcro y ordenado? Y miren las fotos de casa. Esas pañoletas que están sobre la mesa las tejí yo. ¿No es una maravilla?

Mosquito: No se ofenda, senadora, pero tenemos que hacerle esta pregunta. ¿Está de acuerdo con la promesa del Dr. Duhalde de amnistiar a los genocidas que la Justicia encarceló?

Chiche: No me ofendo, queridos, de ustedes nada me ofende. Les explico: mi marido nunca habló de amnistía, sino de aliviar las condiciones de detención de los viejitos. Ustedes tendrían que verlos, pobres, dándoles de comer a las palomas del penal. Lo mejor es que estén en sus casas con permiso para sus actividades, por ejemplo, ir a misa, derecho fundamental del hombre, hacer gimnasia, que les gusta tanto y los mantiene en forma, visitar a parientes y amigos, recorrer un poco el país...

Mosquito: Pero, entonces, estarían libres.

Chiche: No, porque no podrían salir del país por más de tres meses consecutivos. ¿Acaso les podemos prohibir a unos pobres jubilados que se den una vueltita por Europa?

Mosquito: ¿Y Patti?

Chiche: Patti es un amor. Y reconoce que a veces se le ha ido un poco la mano. Él mismo lo dice: a veces me encabronaba un poco pero al rato se me iba. Es un dulce. Y está enfermo, pobre. 

Mosquito: ¿Ustedes son la derecha?

Chiche: No, queridos, ya no existe más la derecha o la izquierda. O somos argentinos o zurdos de mierda. ¿Entienden?

Mosquito: Entendemos, gracias, senadora.

Y nos regaló dos bufandas de lana tejidas por su propia mano.


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