Cristina Fernández: Boudou es un concheto de Puerto Madero y Aníbal un grasa de Quilmes, ¿no soy una genia eligiendo mis colaboradores? - Daniel Scioli: Mariotto es el mejor compañero que podría tener. Él va a hacer todo el trabajo. - Ricardito Alfonsín: El discurso de la Presidenta me decepcionó. Yo pensé que iba a recitar el Preámbulo de la Constitución - Elisa Carrió: Ya tengo el betún, el uniforme de camouflage y la cantimplora, ¿qué me está faltando?- Amado Boudou: ¡Esta era la famosa campanilla! Yo voy a usar la guitarra, soy un Vice heavy muy jodido- Macri: Me quieren dar el subte y yo quiero la policía. ¡Quiero la policía, la policía! ¡Policíaaaaaaa! - Hermes Binner: Ahora que pasaron las elecciones, ¿qué carajo tengo para hacer?- Mariano Grondona: Le dan subsidios a los negros pero yo pedí para embalsamarme y me lo negaron - Pino Solanas: Yo sigo opinando, total.... - Julio Cobos: ¿Vieron que me dio la mano? Ahora, la tenía medio húmeda. ¿Qué sería?

miércoles, 31 de agosto de 2011

Boleta única: la solución de todos los males argentinos



Al unísono, tanto la oposición de todo calibre, desde la moderada de Binner, como la resignada de Alfonsín, pasando por la agónica de Duhalde y la esperanzada de Rodríguez Saá, sumados a los primeros todos los editorialistas de La Nación - hasta el inofensivamente irónico Carlos Reymundo Roberts -, a los de Clarín, a las Cartas de Lectores de La Nación, que, además de pedir siempre por el asunto del Coronel Larrabure y de magnificar el racismo que predomina en las clases medias y altas... uf

Decíamos que muchísima gente que tiene escasa representación y se apresta a tener menos reclama la boleta única como si esa diferencia en el método electoral fuera definitoria para la suerte del país.

Cabría preguntarse qué hubiese pasado si los falsos análisis que daban a la Jefa de Estado un 35 % de votos, al enano de Lomas de Zamora un 25 % o al más que tibio hijo de otro tibio pero con mayor muñeca política otro 20 % y, de esa forma, una supuesta segunda vuelta acabaría con el tiránico y chavista régimen K y volvería a los argentinos a las prácticas republicanas que promueven esos sectores, como la Banelco de De la Rúa o los saqueos del bañero Duhalde.

El Gobierno de CFK, como graciosamente se lo llama, no es un gobierno revolucionario ni nada por el estilo y si se lo puede calificar de izquierda, ingenuamente, es porque lo que hay del otro lado es desconsolador. A diferencia del Gobierno de Nestornauta, que era más peleón e impulsivo, la viuda ha ofrecido una manera más racionalista de llevar adelante su mandato.

De esa manera, además de la bonanza económica - que privilegia a los sectores medios, no a los humildes -, cierto sentido de las formas han hecho crecer la figura de la mandataria. Y, aunque no es del todo cierto, también es innegable que una oposición donde ni un sólo político muestra un mínimo de credibilidad, la ha ayudado bastante. Como dice la Revista Barcelona, CFK es un mal menor.

Quizás los argentinos estemos destinados a conformarnos con esto. 




Porque hay un asunto del que no se habla como corresponde: la formación de militancia, de cuadros nuevos, en fin, de renovación. Y ese es otro acierto del oficialismo, que se ha abierto a la incorporación de militancia en cantidades crecientes. 

La captacion de una militancia abnegada y combativa siempre fue - y lo es - un componente básico de las agrupaciones de izquierda, partidos cuyo escaso número de militantes no mengua su capacidad de hacer trabajo político. El oficialismo, a través de La Cámpora y muchas otras experiencias, ha sumado esa virtud, que no le interesó nunca a Carlos menem, por ejemplo.

¿Qué se puede esperar, en cambio, de los otros espacios políticos? ¿Qué militancia se va a acercar al pseudo partido de Eduardo Duhalde? ¿Para qué? ¿Para que el ama de casa Hilda Chiche Duhalde renueve su banca? ¿Para que náufragos de triste historia como Carlos Rucucu Ruckauf vuelvan a ser ñoquis en el Congreso? ¿Para que Graciela Caamaño, la mujer del mafioso Luis Barrionuevo, a quien algunos medios, con evidente sentido del humor, califican como excelente legisladora, continue siendo la cara blanca de una historia bien, bien negra? ¿Para acompañar a tipos de la calaña de Atanasoff, Abel Posse, Miguel Angel Toma o Luis Patti? Cúpulas de viejos mafiosos que se enriquecieron a costa del país, de la peor manera y cuya actuación en la vida política de nuestra pobre y sufrida nación siempre ha traído calamidades y desgracias personales? ¿Qué joven que no sea hijo de un teniente coronel o admirador del Fuhrer podría encolumnarse en esos lugares? 

¿Y los radicales?
Subsumidos bajo el manto férreo y piadoso de Raúl Alfonsín, el ex-Presidente de la Hiperinflación, del Plan Austral, del Plan Primavera, de la Obediencia Debida y el Punto Final,  del montaje de la Alianza con el mogólico De la Rúa y el ingenuo - por no decir otra cosa - Chacho Alvarez, de la Banelco de Flamarique, del Blindaje, del Megacanje, de la fuga de divisas, de Cavallo robándole - cuándo no - otra vez los ahorros a la gente como hizo toda su vida, el centenario y putrefacto partido sigue manejado por los ex-jóvenes y ex-fracasados de la antigua Coordinadora - Stubrin, Moreau, Storani, Nosiglia - socio de Luis Barrionuevo -, Suárez Lastra, Jesús Rodríguez, Mathov y tantos otros que se aferran a sus cargos y a su influencia como si el mundo no hubiera cambiado. ¿Que se hizo de los Ministros de De la Rúa? ¿De Terragno, que ahora asesora a Duhalde? ¿O de Cristian Colombo, Rodríguez Giavarini, Horacio Jaunarena - defensor del  Proceso Militar -, Machinea, Gil Laavedra, Fernández Meijide, Juan Pablo Cafiero y todas esas lumbreras?

¿No será esa la verdadera causa del aplastante triunfo del Gobierno, a pesar de los gritos histéricos de los medios monopólicos que también tienen lo suyo? No hay que olvidarse que en La Nación, por ejemplo, escriben personajes de la ínfima talla intelectual de Marcos Aguinis, Luis Majul o Joaquín Morales Solá. Y en los otros diarios ni vale la pena mencionar. 

¿No será que, si la gente, realmente, quiere un cambio, aún no ha aparecido y tiene pocas chances de aparecer quien lo pueda promover de una manera sensata y responsable?

Pero todo se arregla con la boleta única.


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