El candidato a Presidente por la Unión Dejar libres a los Asesinos, Eduardo Duhalde, luego de permanecer encerrado en su casa, debajo de la cama, reapareció en la escena política denunciando un "fraude escandaloso" y aclarando que no iba a hacer una denuncia penal pero que no "quiere que vuelva a pasar".
Según fuentes cercanas al duhaldismo, el liliputiense político se encuentra en un estado desesperado y ya no hace caso de consejos prudentes: sólo escucha a un grupo de alucinados que le inyecta veneno en la cabeza.
Un amigo de la familia, bastante preocupado, señaló al Mosquito:
- El Negro está haciendo papelones, uno atrás de otro. Y Chiche no ayuda, a pesar de que los médicos le dijeron que lo mejor para Eduardo es retirarse, dar conferencias, hacer un crucero por el Mediterráneo, si es posible, por un par de años, y dejarse de joder.
Desde el Gobierno ven, con bastante perplejidad, la conducta del bañero:
- La verdad, estamos asombrados. Una cosa es mandar fruta y mentir descaradamente en campaña, que lo hacen todos, pero esto ya es otra cosa. Te digo algo, yo no lo aprecio al Cabezón, pero me da pena - dijo un allegado al Jefe de Gabinete de Ministros y futuro senador, Aníbal Fernández.
El eminente psicólogo Sigmund Ordóñez, a requerimiento del Mosquito, hizo esta observación:
- Es un caso especial, porque es un hombre que supo tener un poder muy grande y ahora no le queda nada. Ante eso, una persona normal, lo acepta y sigue su vida. Pero Duhalde, al parecer, no puede. Y va a seguir, empecinado, con un desatino tras de otro, hasta que lo internen. Está peor que Carrió, lo que ya es decir mucho.
Según varios encuestadores, el 23 de octubre el caudal de votos obtenidos por el bañero de Lomas de Zamora se reducirá a la mitad: del 12 al 6 por ciento. Pero, si el candidato continúa por este sendero de irrealidad, es posible que baje aún más.
- Es muy autodestructivo lo que hace - dijo Sigmund Ordoñez, quien piensa pedir un subsidio al Gobierno para escribir sobre este caso en particular.
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