La antigua y archiconocida leyenda de los hermanos Grimm, El flautista de Hamelin, se ha corporizado en la Argentina y está siendo revisitada por la actual Jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner.
Al influjo de su flauta poderosa (50, 24 % en las primarias y probablemente más en las elecciones de octubre) todas las ratitas, encantadas, van encontrando su camino.
Desde las ratas grandes: Felipe Solá, Alberto Fernández, Martín Buzze (gobernador electo de Chubut), Carlitos Soria, reciente Gobernador electo de Río Negro, José Manuel De la Sota, autor del chiste político más corto de la historia ("el cordobesismo") pasando por legión de ratitas legislativas, ratitas de intendencias y de municipios.
Todas las ratitas, encandiladas por la música de Cristina, van buscando su lugar bajo el sol. La única diferencia con la leyenda es que estas ratitas no se arrojarán al mar sino que se quedarán nadando en la frondosa laguna kirchnerista de los subsidios y las obras públicas.
No se puede confiar en estas ratitas, que cuando el viento cambie, nuevamente se aprestarán a partir rumbo al regazo de quien la tenga más grande en ese momento.
Son ratitas duhaldistas, reutemanistas, radicales, independientes, ratitas de todo color y pelaje. Son las ratitas que mantenemos con nuestros impuestos y que viven bien, desde hace años, "luchando" por nosotros.
Ratitas, nada más.
Excelente
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