A raíz de dificultades de orden familiar el Mosquito ha hecho una pausa en su andar.
Pero no ha sido una pausa ociosa, por el contrario, los alambiques del pensamiento han continuado destilando, de manera silenciosa, mientras el cuerpo y el alma se ocupaban de otros menesteres urgentes.
Pero, a pesar de que las dificultades continúan, El Mosquito tiene un deber con el pueblo, así que hemos vuelto a la lucha, con todo el veneno posible, y justo nos encontramos conque Cristina asumía su segundo mandato.
Así que, puestos ante el hecho inevitable, lo iremos comentando.
Lo primero que hay que destacar es el ejemplar comportamiento del Vicepresidente saliente, Ing. Julio César Cleto Cobos en la ceremonia: tal y como ha sido su constante en la vida política argentina hizo las veces de pelotudo, quizás luego de una consulta con su hija, y terminó comiéndose los mocos para irse, luego, en una de las más vergonzosas salidas que pueda tener un funcionario electo, con las excepciones de Don Fernando "Buenas Noticias" De la Rúa, a quién la sufrida de Inés Pertiné, pobrecita, ya no aguantó más.
La Presidenta electa, Cristina Fernández, juró por Dios, la Constitución y El, lo que descolocó un tanto a Cobos, quien estuvo tentado de darse por aludido. En realidad, la Jefa de estado señaló que, si fallaba - tal es la fórmula -, Dios, la Patria y el extinto se lo demandarían, aunque lo más probable es que se lo demande otra gente. Cosas de la emotividad en estos actos burocráticos y sensibleros, que hemos visto tantas veces, que se han detallado en ríos de tinta y que luego, finalmente, confrontan, para bien o para mal, con la dura realidad.
Y la realidad es que la banda presidencial le fue colocada por su hija, Florencia Kirchner, lo cual constituye una escandalosa afrenta a la institucionalidad, como bien dicen los conspicuos remitidores de misivas intelectualmente indigentes al Correo de Lectores de La Nación.
No es el único detalle que muestra a las claras el desprecio por los valores republicanos de la Jefa de Estado. Antes de sentarse frente a la Asamblea Legislativa para el discurso acomodó todos los enseres del escritorio y hasta parecía estar buscando el Blend y la franela para limpiar el mueble, un claro ejemplo de desprecio por las tareas de otros funcionarios, detalle éste que nos acercó la Sra. Hilda Menditeguy de Chorroarín, indignada y patriota vecina de la calle Peña a la altura de Junín.
Peor aún fue cuando, en lugar de referirse a los problemas "reales" - tal y como lo nombra el relato oficial -, como la inseguridad, las trabas de Susana Giménez para comprar dólares, los manteros que usurpan la calle Florida o los trapitos que nos curran con el verso de limpiarnos el parabrisas del auto, por poner sólo a los más urgentes, dedicó buena parte de la paciencia del auditorio, jefes de estado vecinos incluso, en referir que una persona desaparecida - algo habrá hecho, o quizás esté en Cuba - fue homenajeada de una manera un tanto bizarra: su nombre ahora lo porta un minúsculo pedazo de roca que circula por el Universo.
Quizás, aunque la mandataria no lo haya notado, sea una parábola del destino de nuestra Nación si los acuciantes problemas que se presentan día a día no encuentran debida solución, por ejemplo, el riñón que necesita Lanata para hacerse el transplante, dato que el Gobierno ha omitido en su cruzada contra el periodismo independiente. Distinto hubiera sido el trato si el necesitado hubiera sido Orlando Barone, por caso.
Yendo al nudo del discurso podemos decir que fue hábil al anteponer los logros que el oficialismo enumera por delante de una tímida evaluación de dificultades futuras. En efecto, en un momento de su discurso señaló que las reservas del banco Central ascendían a más de 46.000 millones de dólares, cuando el año pasado dicha suma era de más de 54.000 millones. Como contrapeso de esa disminución cita dos sumas: 26.000 millones pagados en servicio de la deuda - o sea que se paga la deuda a costa de los pobres - y 15.000 millones para frenar corridas cambiarias - es decir, una transferencia al bolsillo de los especuladores financieros. Lo cual suma 41.000 millones de dólares.
El Presupuesto asigna poco más de 19.000 millones de PESOS (aproximadamanete 4.460 millones de dólares) para Educación, alrededor de 7.400 millones de PESOS ( 1.730 millones de dólares) para Salud, lo que muestra a las claras que el mundo financiero no lleva las de perder con el Gobierno Nac y Pop.
El resto del discurso enfatizó las propuestas por venir - reafirmación del modelo y sintonía fina - pero no fue más allá de un llamado a la voluntad frente a las dificultades que vienen. La mención a las posibles huelgas como sinónimos de extorsión habla a las claras de la percepción oficial acerca del asunto: el Gobierno es árbitro de los intereses confrontados y los reclamos deben dejarse de lado a la buena voluntad de la mandataria. Se señala esto como un ataque al ensombrecido jefe de la CGT Hugo Moyano, pero lo cierto es que existen innumerables frentes de conflicto sindicales y laborales no sindicalizados - caso Cencosud, por ejemplo - que no están representados por la burocracia Cegetista y que no tienen ninguna razón para deponer sus reinvidicaciones porque a la Presidenta no le molesta que los empresarios ganen mucha plata.
Entre las muchas cosas que un Pueblo ansioso esperaba escuchar y la Presidenta omitió se encuentra la polémica por la creación y financiamiento, por parte del Estado, de un Instituto de Historia que se propone reinventar una historia que ya fue saldada con absoluta contundencia, y encima lo ponen a ese oportunista de Pacho O'Donnell al frente. Sobre este candente tema, ni una palabra, lo que desconcertó a muchos.
Tampoco se refirió la Dra. Fernández a otro tema de urgente actualidad, el traspaso del subte a la Ciudad y la tendinitis de los trabajadores del gremio a causa de la tarjeta SUBE. Sí le importó destacar que no existen diferencias con su actual Vicepresidente, Amado Boudou, lo que fue interpretado, por distintos analistas políticos, como exactamente lo contrario, si es necesario desacreditar una versión editorializada por profesionales intachables, es que, como dice el dicho, cuando el río suena, agua trae.
En fin, no será este discurso uno memorable y se verá confrontado con una realidad amenazante.
Veremos que le depara el destino a nuestra joven Nación.
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