La detención del combativo dirigente gremial Rubén "Pollo" Sobrero, avalada por el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, un soldadito cristinista que antes estuvo con Duhalde y que relató - pero no aportó datos a la Justicia - como "los gritos de la mujer de Duhalde" terminaron en los acontecimientos en los que perdieron la vida Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, muestra a las claras la doble moral del Gobierno de la viuda de Kirchner quien, por un lado, enarbola la defensa de los Derechos Humanos y del juicio a los genocidas que atacaron - principalmente - a los delegados de base y fabriles peronistas, en su mayoría, y de izquierda, y en segundo lugar a las organizaciones guerrilleras y, por el otro, persigue a dirigentes históricos como el caso de Sobrero, mientras que el ministro Tomada cuidaba al mafioso, corrupto y asesino José Pedraza.
Por otro lado, el allanamiento a la casa de Sobrero, por parte de la Federal, muestra que el verso de "la no represión" es una fantochada: entraron, le pegaron a Sobrero y a la hija de 16 años, seguramente por portación de apellido. Cualquier semejanza con los operativos del Proceso Militar es mera coincidencia.
Dicen, en el Gobierno, que las condiciones de detención de Sobrero no serán difíciles, prometen enviarle un compact disc del Ministro Amado Boudou cantando y tocando la guitarra.
Derechos Humanos, sí. Pero si sos de La Cámpora.
Cómo será la cosa que hasta Hugo Moyano salio a respaldar a Sobrero. Quién lo diría.
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