Elisa "Lilita" Carrió, por Norberto Olaizola
La líder indiscutible y solitaria del partido en vías de extinción Coalición Cívica - una ONG propuso que se lo considere el "oso panda" de la política argentina - concedió una serie de reflexiones a varios medios pero no permitió repreguntas.
Esta es la síntesis de sus palabras:
- El pueblo argentino me castigó y lo acepto. Me castigó por ser honesta, brillante, inteligente, valiente, profética, audaz, arriesgada, republicana y por tener los valores más altos que puede tener un dirigente en este país plagado de ladrones, desde la soberbia que nos gobierna hasta el santafesino que se babea con la Donda.
- Ya que el pueblo argentino no está dispuesto a votar a una mujer valiente, superdotada, brillante, excepcionalmente inteligente, casi milagrosa como yo, que vote a nuestros diputados que, aunque son personas normales, están cerca de mí para que les brinde mi consejo sabio, superlativo, un consejo que muy pocas personas pueden entender porque para eso deberían tener el elevado coeficiente intelectual que yo tengo.
- Yo soy la responsable de la derrota, ya lo he admitido. He pensado en eso, he hecho mi autocrítica y es la siguiente: mi error es no haber entendido que cuando una es como es, asombrosamente inteligente, de una moral de hierro como no ha habido ni habrá en la historia mundial, cuando hasta la Madre Teresa es un poroto al lado mío, cuando una dirigente tiene genialidades que casi nadie podrá comprender hasta dentro de cien años, es difícil que un pueblo de gente normal la acepte. Esas son las razones de la derrota.
- Ya vendrá nuestro tiempo, tenemos paciencia. Ya el pueblo comprenderá, no a mí, claro, porque es imposible para cualquier persona normal por más inteligente que sea, comprender a una dirigente como yo que no hay instrumento para medirle la inteligencia de tan grande que es, digo, ya el pueblo comprenderá que, aunque no entienda ni lo que digo ni lo que hago, debe confiar en mí y en Dios, que somos lo mismo, y pondremos a esta Argentina postergada y sufriente de pie, de pie y de rodillas, para que puedan adorarme.
Dicho todo esto, se fue a un spa a llenarse el cuerpo de barro. En el spa no saben si les alcanzará.
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