El gato avejentado que gana fortunas gracias a su estupidez televisiva, Susana Giménez, despotricó contra las normas que no le permitieron comprar una cierta cantidad de dólares.
No tiene suerte la Argentina, a pesar de la inseguridad, de la prohibición de comprar dólares, de joderle la vida a alguien sólo por usar a discapacitados para comprarse Mercedez Bernz o noviar con tránsfugas de primera categoría, no hay modo - como diría el Chavo - de que la senil y adiposa ex chica facílisima y cortísima de entendederas se vaya de una buena vez a su paraíso en Miami - ciudad de narcos y ladrones como ella - y alivie a la Nación de una de sus verguenzas más grandes - y no queremos decir, con esto, que Tinelli sea otra de esas verguenzas -.
Su, andate a otro lado. En este país, la gente decente no puede vivir.
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