El Gobierno Nacional y Popular que encabeza la compañera Cristina, la viuda de hierro, la capitana que afronta su responsabilidad a pesar del dolor, la abanderada de los humildes, ha comenzado una prolija quita de subsidios de todo tipo - entre los que se cuenta el subte porteño, que pasará a manos del infradotado ingeniero que se tragó un bigote de cotillón - para reducir la friolera que se paga a los efectos de mantener los precios en la congeladora, cosa que, según se ve, hasta ahora ha sido posible.
Según analistas que no reciben sobresueldos de Magnetto ni del Gobierno, la Jefa de Estado piensa capitalizar el 54 % de los votos para enviar ahora las medidas más antipopulares so pretexto de la crisis financiera que hace tambalear al mundo. La idea, siempre según estos especialistas, es que, en un año, la gente ha de acostumbrarse a que el kilo de asado cueste $ 50 y la luz valga el triple, por poner dos ejemplos.
Vendría a ser una especie de venganza del Gobierno contra gran parte de la clase media y alta tilinga que anduvo repartiendo votos entre el pigmeo de Lomas de Zamora (alias Eduardo Duhalde, alias ALMEJA, porque se entierra con su propia lengua), el gritón radical (alias Ricardito Alfonsín, alias BUJIA DE MADERA porque no tiene chispa para nada) o al bueno del anestesista santafesino (alias Hermes Binner, alias CENA DE NAVIDAD, chancho y pavo) y no a los humildes a quienes se les aumentará al Plan Trabajar y los subsidios por AUH para que compensen la suba en las tarifas.
En virtud de todo esto, el Gobierno será un tanto menos simpático el primer año, pero todo está preparado para el segundo, con las siguientes medidas:
- Pago de la deuda al Club de París y piedra libre para nuevos endeudamientos.
- Créditos "blandos" con organismos de crédito como el Banco interamericano o el Banco del Sur para obra pública.
- Urbanización de villas, para complacer a la clase media que no quiere ver negros en la Ciudad.
- Nacionalización del petróleo (esto, a confirmar) en un lapso cercano a las elecciones.
- Escalada diplomática y militar (sin pasar a mayores) con el Reino Unido por el asunto de Malvinas (Primicia absoluta del Mosquito Molesto) para lo cual, en el más absoluto de los secretos, el Gobierno está adquiriendo 4 submarinos que sí puedan sumergirse y volver a salir y 24 aviones F16 de rezago que un viejo conocido de la Argentina, tránsfuga del menemismo, ha ofrecido a buen precio y a pagar en cómodas cuotas hasta con la tarjeta del Banco Río.
Estas maniobras taquilleras desde lo electoral engrosarán el caudal oficialista en las elecciones legislativas de 2013, toda vez que los principales dirigentes de la oposición están en pleno proceso de embalsamamiento y poco podrán hacer ante el ímpetu del kirchnerismo.
Luego de eso, vendrá lo mejor, Reforma Constitucional, parlamentarismo y Cristina manejando desde las sombras. ¿Catástrofe institucional o Nuevo Orden? usted elija, estimado lector.
Si puede.
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